El agua puede
morirLas plantas y
animales que viven en los océanos, lagos y ríos obtienen todo el aire y alimento
que necesitan del agua que los rodea. El agua no es sólo una combinación de
oxígeno e hidrógeno, sino también el elemento en el cual viven en perfecto
equilibrio entre sí, sus animales, plantas y bacterias. Todo esto crea un
ecosistema equilibrado. Sin embargo, somos los seres humanos que debilitamos y
dañamos ese equilibrio.Hay que comprender, que todo
lo que botamos, desperdicios de la ciudad, desechos industriales, aguas negras,
van a parar en los ríos, mares y lagos ensuciándolos. Algunos productos
químicos, usados en gran cantidad en la agricultura y en la industria, no pueden
ser digeridos por el agua. Todos estos elementos contaminan el agua.
Contaminar el agua significa
envenenarla, matarla; aguas malolientes, manchas de
petróleo, nubes de espumas, peces muertos que flotan en la superficie. No
existe hoy día un océano en donde no haya señales de contaminación, este es el
mayor problema del ecosistema. Más del 80% viene de las actividades de tierra
firme. Las condiciones empeoran en áreas de aguas cerradas, como el
Mediterráneo, Mar del Norte y lagos. Hay que tomar medidas para prevenir y
combatir la contaminación, así como sucede en los derrames de petróleo. No obstante, hay tipos de
contaminación del agua que se dan por una sobredosis de nutrientes en el agua, a
esto se llama eutrofia.
La EutrofiaLa eutrofia significa buena
alimentación. Es un tipo de contaminación debido a un exceso de sustancias
nutritivas acumuladas en el agua. Esto provoca un trastorno del ecosistema en
los lagos, estanques, ríos y mares. Es una contaminación que podríamos definir
como de indigestión. En el mar la eutrofia ocurre
en la desembocadura de algunos ríos que, al atravesar ciudades, zonas agrícolas
e industriales, recogen grandes cantidades de residuos de todo tipo, entre ellos
contenidos y compuestos de fósforo y nitrógeno. El nitrógeno y el fósforo son
elementos importantísimos para las funciones vitales de las algas. Con tanta
abundancia de nutrientes se reproducen y se multiplican en forma desmesurada
estas algas, las cuales, como sabemos, producen oxígeno.
La gran
cantidad de oxígeno que se produce con la fotosíntesis atrae a la zona un enorme
número de peces, y, sobre todo, causa la multiplicación de pequeños organismos,
las bacterias barrenderas que se alimentan de algas muertas y que
contribuyen a mantener el mar limpio.
Las condiciones parecen así
favorables para todos, dada la abundancia de alimentos y de oxígeno, pero
rápidamente el equilibrio se rompe. Por el continuo crecimiento de algas, el
depósito de éstas (muertas) aumenta en forma considerable, atrayendo un número
siempre superior de bacterias barrenderas que consumen todo el oxígeno
disponible en el agua. La situación que se crea
provoca, por consiguiente, millares de peces muertos por asfixia. La batalla
entre las bacterias barrenderas y las algas muertas por destruir se resuelve al
final a favor de estas últimas y el mar se convierte en una extensión de algas
en putrefacción.
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